La tecnología de imágenes térmicas ha revolucionado numerosos campos, desde la investigación científica hasta la seguridad. Un elemento central de este avance son dos tipos de cámaras térmicas: refrigeradas y no refrigeradas. Cada uno tiene propósitos únicos, y comprender sus diferencias es crucial para cualquiera que busque aprovechar el poder de las imágenes térmicas.
A la hora de elegir una cámara termográfica infrarroja, ¿debo elegir refrigerada o no refrigerada?
¿En qué parámetros debo centrarme sobre los detectores de infrarrojos?
Las cámaras térmicas refrigeradas y no refrigeradas difieren principalmente en la tecnología de sus sensores, la sensibilidad, las aplicaciones, el coste y los requisitos de mantenimiento. Aquí hay una comparación detallada:
Cámaras refrigeradas |
Cámaras no refrigeradas |
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Tecnología de sensores |
Utilice sensores que se enfríen criogénicamente a temperaturas inferiores a 0 °C, lo que reduce el ruido térmico y mejora la sensibilidad. |
Utilice sensores que funcionen a temperatura ambiente. Eso cambia la resistencia o el voltaje cuando se calienta por radiación infrarroja. |
Sensibilidad |
Baja sensibilidad |
Trabajar en un entorno criogénico |
Costar |
Caro |
Más asequible |
Mantenimiento y durabilidad |
Alto mantenimiento, delicado |
Bajo mantenimiento, robusto |
Tiempo de inicio |
Mayor tiempo de arranque |
Tiempo de arranque casi instantáneo |
Portabilidad |
Más grande y pesado |
Compacto y ligero |
Aplicaciones |
Ideal para aplicaciones especializadas que requieren un alto nivel de detalle y sensibilidad, como el uso militar, la seguridad fronteriza, la investigación científica de alto nivel y la astronomía. |
Ampliamente utilizado en aplicaciones industriales, inspecciones de edificios, monitoreo de vida silvestre, extinción de incendios y aplicación de la ley. Son adecuados para la mayoría de las necesidades de imágenes térmicas comerciales. |
Tomar la decisión correcta
La selección entre una cámara térmica refrigerada o no refrigerada depende de sus necesidades específicas. Para tareas que requieren alta sensibilidad e imágenes detalladas, una cámara refrigerada es inigualable. Sin embargo, para aplicaciones más generales, la variante no refrigerada ofrece una combinación perfecta de funcionalidad, facilidad de uso y asequibilidad.
Conclusión
Ya sea por la precisión de las cámaras térmicas refrigeradas o por la practicidad de las no refrigeradas, cada tipo tiene su lugar en el mundo de las imágenes térmicas. Comprender sus diferencias le ayuda a elegir la herramienta adecuada para sus necesidades específicas, lo que garantiza que aproveche al máximo esta fascinante tecnología.